viernes, 29 de julio de 2011

Cáncer (VIII) El rastreo

Pamplona, martes 31 de Marzo de 2.009

Aquí sigo, encerrado en este gélido cuarto de hospital. Sigo estando muerto de frío y con nauseas frecuentes... no he pegado ojo en toda la noche, unido al cansancio acumulado por la falta de hormona, hace que me pase el día tumbado, aletargado... el tiempo se me escurre entre las manos.

Mantengo el consumo de agua para eliminar de mi cuerpo este veneno, además de los efectos secundarios aumenta la probabilidad de padecer leucemia... siento que me está matando un poco...

No recibo más visitas que las de la auxiliar que trae la comida ataviada con su peto de plomo... menos mal, me imaginaba que el aislamiento implicaría alimentación a base de queso en lonchas por debajo de la puerta (... tengo de dejar este humor negro) y las de la técnico con el medidor y una vara metálica (para mantener la distancia)... temo que me azote con ella si me acerco (y dale).
Los niveles de yodo van bajando, a última hora estaba casi en valores "legales" para poder salir a la calle.

Se me ha cuarteado la piel de las extremidades y tengo las manos, sobre todo los nudillos, llenos de pequeñas heridas que empiezan a escocer.
He pasado un mal rato hablando por teléfono, problemas con el banco... les he explicado que no podía ir, pero no ha servido de nada... qué soledad la del autónomo.

Pamplona, miércoles 1 de Abril de 2.009

Ya me han liberado, solamente debo evitar acercarme a embarazadas y bebés  pero mi mujer ha preferido no arriesgar la salud de nuestros pequeños y hasta que no tenga ni rastro de radiactividad, no me deja volver  a casa.... ha sido un poco humillante, casi cuarentón y volviendo a casa de mis padres.

Estoy en mi cama de niño, mañana me harán un rastreo en busca de metástasis... me han dado un laxante de efecto fulminante que me ha terminado de agotar, para eliminar todo el yodo. No puedo evitar la tensión.

Pamplona, jueves 2 de Abril de 2.009

Día de rastreo: una gammagrafía en la que los restos de yodo son el contraste en búsqueda de cáncer.
Tumbado bajo una enorme máquina, no puedo evitar temblar... de frío, nervios y miedo.

Tras 45 largos minutos, el veredicto: quedan bastantes restos de la tiroides algo inflamados que me causarán algunas molestias al tragar, deberán ser eliminados poco a poco por la acción del Yodo, si no, habrá que volver a intervenir... el próximo rastreo en Diciembre para comprobar la evolución.

Me dan una dosis mínima de hormona tiroides 50 mcgrs/día para que empiece a recuperarme, hasta que el endocrino me paute un tratamiento fijo (no tenía ni para empezar: en la actualidad tomo 200 mcgrs/día).

Ya he acabado con el yodo radiactivo por esta vez, aunque los efectos nocivos no se manifiesten más que a largo plazo, es como tener una espada de Damocles... pero bueno, seguro que al final no será para tanto.
...

3 comentarios:

  1. lo de la leucemia es muy raro y en personas que recibieron muchos mas de 1000 mci de yodo
    el yodo es nuestro aliado ..
    me operaron de lo mismo hace 13 años

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  2. Siempre es agradable compartir la experiencia de alguien que ya lo ha pasado.

    Gracias de nuevo, Sole.

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