En cuanto estuve despierto, lo primero que pregunté a mi mujer: –Dime la verdad, ¿qué te han dicho?–... estoy bastante obsesionado con que me oculten la verdad.
Sé que opinan los médicos que las malas noticias pueden afectar a la recuperación, pero yo creo que todo el mundo tiene derecho a conocer su estado real y poder así actuar en consecuencia.